Él se enfureció en contra de lo que habían causado sus creaciones, sus únicos hijos que lo único que debieron hacer es poblar y educar a sus hijos pero estos solo se dedicaron a matar, saquear, destruir y a desobedecer. Ya se había impacientado hasta que en ese instante surgió desde los cielos una tormenta que inundó los campos, sus casas e incluso sus mismos hogares. Hogares que construyeron con sus manos y con sangre y sudor les costó. Poco le importó a Y ya que en cuestión de minutos arrasó con lo que quedó de vida, dejando devastado y desolado el pueblo. Mientras que sus hijos solo veían los escombros y demás gente damnificada por la furia de él. Uno de ellos dijo: -Porqué???? PORQUÉ LO HICISTE??? QUE ACASO NO SOMOS TUS HIJOS??? A lo que Y exclama: -Si, sé que son mis hijos pero los hice para que hicieran cosas productivas y buenas, no para que se matarán e hicieran libertinaje. En verdad que aún les falta mucho por aprender, hijos. Me he decepcionado de ustedes, los hice a imagen
